La casa está a las
afueras del pueblo. El camino que llega a ella está cubierto de malas hierbas.
Frente a la casa solo se ve el reflejo de lo que fue en el pasado. La pintura
desconchada, las ventanas agrietadas y los cristales rotos conmocionan los
recuerdos. Al abrir la puerta, su subconsciente le juega una mala pasada,
vuelven los aromas olvidados. Cierra los ojos para escuchar los gritos de su
madre y la voz profunda de su padre intentando poner orden. Sus manos acarician
las paredes. Un escalofrío recorre su cuerpo al sentir el calor que desprenden,
susurros de otros tiempos. Ya no le pertenece, ha venido a despedirse. Solo él
queda de aquella época, todos han partido ya. De nada sirve volver al pasado. Pueden
reconstruirla, arreglarla hasta que parezca hermosa, pero tras esas capas
pintada, sigue aquella casa vieja con su historia acumulada.
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