miércoles, 29 de noviembre de 2017

SIN MIEDO




Te dejo que camines sin mí.
Me pliego ante tus ruegos
y aparto mis pensamientos,
esos que te hieren cuando
me expongo ante los demás.
Hoy quieres escribir
saltando las barreras,
olvidando el miedo
y hablando con la vida.
Cuando lo hagas
no desveles mi secreto,
de nada sirve
que cuentes lo que callo.








martes, 21 de noviembre de 2017

NO QUIERO




Hoy cuesta entenderte.
El silencio me acompaña
como carga sobre mis espaldas.
No quiero las risas falsas de la gente,
las miradas de curiosos,
las voces sin sustancias.
La soledad hoy es más pesada
y sin embargo no soy capaz
de apartarme de ella.
Hoy solo quiero que beses
mi dolor entre tus labios.








jueves, 16 de noviembre de 2017

PRESO DE SU LIBERTAD




Marcaban las doce en el reloj del salón cuando se levanto del sillón. Sus pasos cansados le llevaron a la ventana.  Contemplando la noche y sus calles vacías, recordó los días en que cambio soledad por libertad. Hoy se siente solo y preso de sus decisiones.








CRUCE DE INSTANTES




Amanece y por unos minutos la luna se mantiene expectante, agotando los segundos antes de que la obliguen a retirarse. Solo quiere verle los instantes que el Universo le permite. Cruzar su mirada con el sol y en esa mirada, contarle que se apaga por él.







viernes, 10 de noviembre de 2017

LUCES SIN LUZ




Las farolas del amanecer
 recorren calles silenciosas.
Si las miras rehúyen su luz
rompiendo la noche.
Voltean la mirada
en sus pasos sin vida.
Tienen miedo a las pisadas.








martes, 7 de noviembre de 2017

jueves, 2 de noviembre de 2017

YA NO TE ECHARÉ DE MENOS




Sentada en este banco de piedra noto las miradas ausentes de los transeúntes. Me observan como un objeto más de la plaza. En cambio, yo hago un repaso de cada uno de ellos inventándome sus vidas, con sus miradas y gestos. Entre tanto imaginar, sueño nuestra vida.
Me vi frente a ti, me sonreías y abrazabas. Caminabas a mi lado por la calle, orgulloso de mi presencia. Lo más curioso es que imaginaba tu mirada enamorada, tus sentimientos y de tanto fantasear  me ilusioné con nuestro futuro.
Debí sonreír porque hubo quien me miró como si estuviera loca y ni siquiera me importó que me juzgaran. Lástima que fuera solo un sueño. Lo supe cuando recibí el primer pinchazo devolviéndome a la realidad. No esperaba que fuera tan pronto, era un aviso inesperado. Saqué el bloc que siempre llevo en el bolso y te escribí. Hace poco compré ese sobre tan peculiar que me gusta, el del color de tus ojos, no lo sabías ¿verdad? Desde que te vi por primera vez me enamoré de tu mirada.
En esa carta te conté todos mis sentimientos, el dolor de tu ausencia, el desprecio que sentía hacia mí por no conseguir que me amaras y sobre todo, lo que habías sido en mi vida.  Te expliqué el motivo que me hacía  escribirte con prisas y me despedía de ti mojando las esquinas. Cerré el sobre y después de escribír tu nombre y dirección, lo besé y volví a guardarlo. Sabía que quien lo encontrara te lo haría llegar.
La siguiente punzada no tuvo compasión, el dolor fue más intenso. Recorrió mi brazo y sentí un sabor extraño en mi boca, todo se volvió confusión. Algunas personas se acercaron, me hablaban, preguntaban si me encontraba bien. Claro que no lo estaba pero no podía decírselo. Tampoco importaba ya, era tarde. Un policía abrió mi bolso y la vio. Me había asegurado de escribir encima de tu nombre: “en caso de fallecimiento hacerla llegar a….”. Sí, mi amor, todo acabó para mí. Fue rápido, al menos en eso, la vida se portó bien conmigo. Después de tanta tristeza y soledad me dio una muerte rápida y tranquila dejando que me despidiera de ti.
Pronto comprenderás todo lo que te decía en mis silencios, en mis miradas, todo lo que callaba cuando estábamos juntos. No te sientas mal, tú nunca me mentiste, ni me diste esperanza alguna, tu solo me hiciste especial entre tus brazos y fui yo quién te amó sin que tú me lo pidieras. Sé feliz mi amor, ya no te echaré de menos como tú querías.