El paisaje es impresionante, como
siempre lo imaginamos. Paris de noche tiene otro color. Te abrazo fuerte.
Tantos años soñando con este viaje, abrazándonos y besándonos en lo alto de la
Torre Eiffel y hoy, por fin, nos encontramos aquí. En cada piso que subo pienso
que mi vértigo no me dejará llegar pero tú has hecho posible que llegue al
final. Dirijo mis pasos al rincón más apartado. Allí nadie nos molestará.
Contemplamos la ciudad y dejo que las lágrimas te mojen. Este último año he
llorado tanto que llegué a pensar que estaba seca, que sería más fuerte pero no
puedo. Después de recorrer París junto a ti, visitando tantos lugares, he
dejado la Torre para el final. Llegó el momento de la despedida de París, de ti.
Abro con cuidado la Urna y mientras recito nuestro poema esparzo tus cenizas.
Te dejo donde siempre quisimos estar. Mi mirada te acompaña mientras
desapareces en el viento. Es difícil dejarte marchar. Recordaré tu promesa y
cuando sienta el roce de la brisa en mi cara serás tú besando mis labios
agrietados. Adiós París, Adiós mi amor.
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