domingo, 11 de junio de 2017

LA CURIOSIDAD




Localicé su dirección a través de muchas búsquedas en el ordenador. Todo era excitación. Planeé cada segundo de mi encuentro sorpresa. Me preguntaba cómo lo reconocería si no conocía su aspecto, pero esas preguntas no hacían mella en mi cerebro.

Cuando tuve vacaciones me trasladé  a su ciudad y esperé delante de su portal. Pasaron horas y nadie que pudiera ser él, salió del edificio. Temiendo no localizarlo y que se acabaran los días le escribí para vernos, me contestó con excusas pero ante mi insistencia quedamos cerca de su casa en un parque. Mi radar saltó y decidí esperar escondida tras unos matorrales frente a su casa. Dijo que llevaría un suéter rojo y unos vaqueros. Todo iba bien hasta que se abrió el portal y salieron varios niños, todos con la ropa de los mismos colores que él me había dicho, vamos, el uniforme del colegio. Mi sonrisa se fue al suelo y mi esperanza desapareció. Regresé al hotel, cogí mis maletas y marché a casa.

Al día siguiente recibí un email enfadado porque tras mi insistencia le había dejado plantado. Tras varios email de disculpas y peleas le eché en cara sus mentiras y que no tenia edad para andar con esos juegos.

En el siguiente correo me explico que no era un niño y mando una foto desnudo de cintura para arriba donde estaba cachas, muy guapo, de los que te hacen perder la cabeza y pueden tener a la que quiera. La foto venía con una dedicatoria que decía: “esto es lo que te has perdido por no saber esperar”.
Es que no tenía mas colores en su armario que tuvo que elegir el de los niños del colegio o es que acaso estaba esperando a ver si le convenía mi aspecto. Mi orgullo se desató. Hablé con una amiga y le conté lo que pasaba, se ofreció a ayudarme  y me dio una foto suya en bikini. Ella es una mujer con un cuerpo increíble, muy bella y bien proporcionada. Debajo de la foto le añadimos: “y esto es lo que te has perdido tú por no saber elegir colores”








No hay comentarios:

Publicar un comentario