Nació en una ladera llena de casas y caminos
intransitables. Corría por ellas sin que un rasguño se hiciera. Un helado era
una odisea, había que bajar todo un risco para un triste pan. Su casa tenía
patio, escaleras, perro y era vieja. En ella fue feliz, escondiéndose en su
cueva. Hoy camina por asfaltos, adoquines y pisos de cerámicas. Sus piernas
tiemblan y tropiezan con una alfombra de fieltro verde
Eres buenísima, no dejes de escribir. Un beso.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias Cielo!. Eres fantástica. Besos
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