A diario lo veo por la Avenida. Camina con prisas. En su oreja apoya su mano izquierda, para él un
móvil de última generación. Mantiene largas conversaciones de ejecutivo y
controla la empresa desde su mano. Él es el jefe, en las reuniones de las
voces.
Parece que es lo único de lo que somos jefes, de nuestro propio ruido.
ResponderEliminarSi. Jefes de nuestro propio ruido, nunca mejor dicho.
ResponderEliminarBesos