Me he preguntado en muchas ocasiones
hacia donde me dirijo y salvo a una muerte segura, no sé qué contestar. Te
dejas llevar por los acontecimiento que ocurren a tu alrededor y cuando te das
cuenta, has dejado en el camino las tres cuartas partes de tu vida, te sientes
vacía y piensas en lo que has perdido. Habían ganas y sueños, pero también
miedos, jaulas y cobardía.
Tener ilusiones o sueños no implica ser
valiente, ni enfrentarte a aquellos que coartan tus decisiones. Admiro a
cuantos han luchado por sus sueños, cambiando incluso de país, llegando a pasar
penurias por conseguir sus objetivos, o plantándose
ante familias, amigos, sociedad y diciendo NO, jamás se dejaron vencer por los
miedos.
Empieza el último tramo, miro hacia
atrás con dolor y pena, hacia adelante con resignación y conformidad. Aceptas
lo que vendrá sin pedir el libro de
reclamaciones, no te vas a denunciar a ti misma por ser cobarde, por renunciar
a todo aquello que querías hacer, dejando que otros decidieran y olvidándote de
vivir, dejas de luchar y te conviertes en espera de lo que ha de llegar.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHCy04-jup0GQ321aR_qdBykmb1ubGY9xbvLVDd4KgiB3c-KkwDmm7qH6H_s1Zuef8cU4IXhEbdprjkebhIPC67WrqZ88_HtkaeDy61Aw4pxfjAGlN0a6u2fu2Y9vFjUdxvS_Juvi4rHM/s320/La+que+te+am%C3%B3.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario