viernes, 3 de junio de 2016

SIN CAMBIOS




Las mañanas ya no eran lo mismo. El café se había vuelto insípido y la soledad marcaba el ritmo de su vida. Decidió acabar con todo aquello. En una maleta guardó lo imprescindible. Se dirigió al aeropuerto y de allí eligió al azar una ciudad. Hace un año que comenzó de nuevo. Sus mañanas se han vuelto tediosas y el café sigue siendo insípido. Cambió de lugar pero no lo hizo ella.









2 comentarios:

  1. Triste pero a veces, real. Bonito texto. Felicidades!

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    1. Gracias Jorge por tus comentarios. Disculpa la tardanza en dartelas. Saludos.

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