Hay soledades esperadas, otras buscadas
y esas que nadie quiere, las que te apagan la vida, las que llegan sola, rompen
y torturan. Hay quien aguanta con orgullo aunque muriendo estén por dentro, los
que son incapaces de vivir en el dolor y los que luchan por aprender a
soportarla. Cansa, llega ese día en que te preguntas ¿Para qué?.
Es bonito dar una palmada en la espalda
y decir tienes que poner de tu parte, pero que saben si no lo han vivido, de
las noches solitarias, de los días sin hablar con nadie, de la falta de ganas e
ilusión, de las traiciones, ausencias, olvidos, de las semanas, meses y años
sin compartir un beso, una caricia, un
abrazo, alguien que te acompañe, que diga tranquila yo estoy aquí. Que saben de
vivir encerrada en cuatro paredes, de haber estado en jaula de hierro oxidado,
de ver que se acerca el final y has perdido el tiempo. Como comprenden, lo que
una mala decisión cambia el rumbo y hace que tu cobardía no haya sido capaz de
enfrentar al infierno, que solo aprendes a soportar las quemaduras y a
conformarte con ver las cicatrices que dejan.
Vivir sin vivir en un mundo de
soledades, de egoísmos, donde hasta la amistad y el amor van seguidos de
intereses, donde solo saben utilizar e ignorar lo que ofreces con claridad y
transparencia, olvidan con facilidad que hay que dar sin esperar, pero recibir
sin dejar de dar.
Siempre es triste la verdadera soledad, Poeta. Bien escrito, hermoso!!
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EliminarMuchas gracias por vuestras palabras y apoyo. Un gran abrazo
EliminarBonitas palabras. Deseando leer más. Enhorabuena por tu blog.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestras palabras y apoyo. Un gran abrazo
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